Nayely Ankuash tenía tan solo 17 años y un cúmulo de sueños, para ella, para su familia. A diferencia de la gran mayoría de personas, no pudo migrar y su familia es muy honesta para buscar ganar en elecciones.
No le quedaba otra que minar. Y allí, se sabe de antemano que, por todos los que han fallecido en Tsuntsuim, a veces trabajar en minas viene con ataúd incluido.
Nayely para no podrá realizar sus sueños, quizá lo último en lo que pensó antes de cerrar los ojos, es en su familia por quien lo hacía todo.