
Quito, 30 jun (Andes).- El presidente Rafael Correa señaló este martes que eventuales protestas contra su gobierno durante las actividades que el papa Francisco realizará en el país entre el 5 y 8 de julio, harían "quedar mal a la Patria" y no a su administración, y por ello convocó a la ciudadanía a rechazar "cualquier intento de politización" de la llegada del sumo pontífice.
Incluso dijo que "si hay indicios" de que durante la misa campal en Quito, prevista para el martes 7 de julio, "hay algún patán que intenta politizar" el acto, "prefiero no ir a la misa para evitar que se haga quedar mal al país".
"Creo que la inmensa mayoría del país, el pueblo católico rechazará cualquier intento de politización de la venida del papa Francisco, más aún en los actos de masa. Eso lo ha pedido también la Conferencia Episcopal Ecuatoriana", declaró el mandatario al ser consultado por la prensa sobre eventuales protestas de la oposición.
En un conversatorio con medios realizado en el proyecto de vivienda social Ciudad Jardín, al sur de Quito, Correa además pidió "a la inmensa mayoría, que es inmensa mayoría la que nos apoya, que si algún patán empieza a gritar algo en la misa, etc., no responder, quedarnos callados, para no hacer quedar mal al país (...) Ahí no hacen quedar mal al presidente, al gobierno, hacen quedar mal a la Patria".
Por el momento, la oposición no ha convocado públicamente a protestas o algún tipo de manifestación para los días que el santo padre estará en Quito y Guayaquil, pero para este jueves sectores sociales y políticos contrarios al gobierno organizaron actividades de rechazo en el centro-norte de la capital ecuatoriana.
Ante ese escenario, el presidente confirmó que simpatizantes del régimen van a "repletar" la Plaza Grande, frente al palacio de gobierno, para evitar que los opositores intenten tomarse el lugar y crear incidentes.
También reveló que junto a su movimiento Alianza PAIS decidió no convocar a concentraciones el 1 y 2 de julio en la avenida de los Shyris, como se consideró inicialmente "para demostrar que somos más". "Dijimos: 'no vale la pena, la gente está cansada, viene el Papa, no lo hagamos, así esta gente (la oposición) se quede con la sensación de que puede movilizar más gente'", señaló.
La oposición que reúne por un lado, a sectores acomodados, y por otro, a grupos indígenas y sindicales protesta en rechazo a proyectos de ley propuestos por el gobierno sobre herencias y plusvalía, pero también por temas como la ley de aguas, de tierras, contra la posibilidad de aprobar la reelección indefinida, entre otros.