La joven A.C. de 17 años de edad, vivió la tarde de ayer Domingo, momentos que nunca olvidará cuando a eso de las 4 y 10 junto a sus amigos, subió al cuarto que su papá arrendaba a don José Condo desde hace aproximadamente 7 meses y lo vio tirado en el suelo.
A don José o "el chino", como cariñosamente lo conocían en el cantón, le gustaba la cerveza, por lo que a la joven, no le hizo extraño verlo en el suelo, boca abajo. Mas, cuando luego de llamarlo algunas veces: "chino, chino", notó que no respiraba y a la vez, uno de los amigos que la acompañaban notó que tenía las manos moradas, se dieron cuenta de que estaba muerto.
En el mismo cuarto, su compañero de bebida "el mishi", recién se despertaba. Habían estado tomando juntos desde la tarde del Sábado. A don José, algunas personas lo vieron con vida hasta la una de la tarde del Domingo.
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A.C. llamó a su papá, quien a su vez dio parte de este macabro hallazgo ocurrido en el quinto de su vivienda, al servicio de emergencias 911. En unos 20 minutos, llegaron los oficiales de policía de la ciudad. El cuerpo tenía moretones en el rostro, producto al parecer de una caída de su propia altura.
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La autopsia se realizó a las 10 de la mañana de hoy, Lunes 23 en la morgue del hospital Limón; y, los resultados despejaron dudas de los familiares que habían llegado de Santa Isabel, en la provincia del Azuay, para recojer los restos de su ser querido.
El forense indicó que el fallecimiento se debía se debía a una muerte natural, a un infarto del miocardio por cardio miopatia anterior. Es decir don José había sufrido anteriormente micro infartos, que en esta ocasión produjeron su deceso .
José Condo de 53 años, se dedicaba a labores de albañilería. Era oriundo de Riobamba y estaba radicado en el cantón Limón desde hace 7 años aproximadamete.
El, era un indígena serrano, muy querido por su gallada de gente humilde en Limón Indanza, por lo que sus amigos, han pedido a sus familiares que permitan velar su cuerpo al menos un par de horas en el Mercado Norte, en donde se está preparando el velatorio, ya que quieren darle la última despedida, antes del traslado de sus restos mortales a su ciudad natal.
Personal de la municipalidad se hizo presente para colaborar con los dolientes con un ataúd. Esta práctica humanitaria, ayudó a 25 familias de escasos recursos económicos el año pasado.
Julio Paucar (centro) de Labor Social de la municipalidad entrega ataúd a los familiares del occiso
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