El drama de perderlo todo en cuestión de minutos es un mal recuerdo que tienen en común 50 familias de Cuenca a quienes el invierno dejó literalmente en la calle. Los deslizamientos generados en varias zonas rurales y urbano marginales hizo que pasen de ser dueños de casa a ser “acogidos”.
PUBLICIDAD:
“Acogidos” es un término utilizado por las autoridades que no pueden darles el estatus de damnificados, dicha condición además, les impide recibir una solución habitacional. La concejala Norma Illares, explica que al no haber contado con permisos para construir, el Municipio no puede ayudarles a reconstruir sus viviendas, menos aún entregarles otras.
Según una ordenanza que regula el uso y ocupación del suelo, no se considera damnificado a quien construye sin permisos municipales, taponando cauces de agua, en márgenes de protección de quebradas o ríos, en pendientes mayores a 30 grados.
El director municipal de Gestión de Riesgos, Edison Castro, ratifica lo dicho por Illares. “Estamos atados de manos” sostiene, a la vez que asegura que desde el gobierno local “existe la voluntad de ayudar, pero las reglas nos impiden hacerlo”.
Afectados
Mientras tanto la desesperación se apodera de quienes se han quedado sin una vivienda en la cual refugiarse. Aida Sucuzhañay, quien ha tenido que abandonar su casa ubicada en la parroquia Hermano Miguel por el riesgo de que esta le caiga encima, llora al ver que, lo que llamaba hogar, hoy solo son escombros. “Mis hijos están 14 años levatando esta casa, es lo único que tenemos, dónde vamos a vivir ahora” se pregunta con evidente desesperación y angustia.
Algo similar pasa en el seno familiar de Leandro Chimbo, quien guarda en las casas de sus familiares las ventanas, puertas y tejas que pudo salvar de una vivienda ubicada en Carmen de Guzho, de la cual ha quedado únicamente los cimientos. Él culpa a la tubería de agua potable que cursa por un costado de su vivienda ubicada en el sector Los Olivos, sabe que nadie le va a ayudar a parar una nueva casa y se resigna a empezar nuevamente desde cero. En Sinincay 15 familias se quedaron definitivamente sin casa. Sus viviendas fueron derrocadas por la Municipalidad por el riesgo que representaba que alguien las ocupe. Casos similares se han dado en Tarqui, Turi, Quingeo y Octavio Cordero.
Ayuda Castro indica que en la mayoría de los casos se ha ayudado a las personas a sacar sus enseres, movilizarlos, dejarles en casas de familias acogientes y rescatar materiales de construcción de sus antiguas viviendas. También se ha entregado paquetes de alimentos, salud, menaje de hogar, la visita de médicos y ayuda psicológica a quienes han sido afectados por el invierno.
Sobre su reubicación, Castro acepta que “no hay ningún plan por ahora, pero estamos buscando la forma de ver qué hacemos, para ver cómo se les ayuda de alguna forma a través de la EMUVI”.
El Municipio también apela a la prevención. Pide a las juntas parroquiales que eviten la construcción de casas en zonas de riesgo y ofrece controles exhaustivos desde Control Urbano para prevenir que se incremente el número de personas que pierden sus casas por el temporal.
http://www.eltiempo.com.ec/noticias/cuenca/2/414123/el-invierno-deja-sin-casa-a-50-familias-cuencanas