Tras vivir los peores momentos de su vida, llenos de incertidumbre, se dio el milagro de abrazar a su hijo tras 18 años de ausencia y luego de una odisea que inició en Diciembre en donde incluso, se lo dio por muerto
Nueva York, 4 de junio, 2021
El día de hoy culminó la odisea de la familia Quizhpi, el joven oriundo de Sisid de la parroquia Ingapirca provincia del Cañar Ecuador, salió con rumbo a Estados Unidos de forma irregular el 31 de Diciembre del 2020, llegó directamente a México, avanzó hasta la frontera norte y cruzó hacia los Estados Unidos, fue detendo y expulsado por ese país hacia Ciudad Juárez.
Allí, sólo, sin dinero, sin conocer a nadie, vivió en las calles de una de las ciudades mas peligrosas del mundo, comía cuando podía, le robaron sus zapatos, sus pertenencias y lo mas duro, Washington sufre una enfermedad mental y tiene una discapacidad auditiva, es un ciudadano vulnerable.
Todas estas circunstancias, primero de incertidumbre y luego de miedo e impotencia, hicieron que su madre: Salomé Quizhpe; quien reside en el estado de Maryland y no ha visto a su hijo desde hace 18 años, busque ayuda desesperadamente, acudió a instituciones del Estado ecuatoriano que finalmente hicieron muy poco por buscarlo, luego a grupos de búsqueda y finalmente contactó a 1800migrante.com una firma de asesoría legal a migrantes y quienes apoyan de forma pro-bono casos de desaparecidos.
La emisión y publicación de este ciudadano en medios de comunicación en Ecuador, Estados Unidos, México y en redes sociales fue intensa por parte de este organismo privado, luego de varios días, llegaron noticias alentadoras, una ciudadana mexicana de nombre Ana Rivas, publicó en redes sociales una foto de la cédula de un ecuatoriano que deambulada cerca del negocio de su madre.
Esta confirmación física de que Washington Quizhpi estaba vivo, movilizó a decenas de personas a compartir la información, desde 1800migrante.com se coordino con múltiples organizaciones de Derechos Humanos y autoridades Mexicanas locales, la búsqueda fue literalmente a pie para dar con su paradero, cuando se lo encontró estaba temeroso, con hambre, sed, caminaba con zapatillas plásticas, se lo notaba desorientado y aparentemente sufría un trauma sicológico importante.
Las autoridades municipales de Ciudad Juárez lo llevaron hasta un dispensario para que se atendido por profesionales médicos antes de entregarlo a una organización de apoyo a migrantes en tránsito y lo ubicaron en un albergue. Quizhpe recibió tratamiento médico especializado por su condición.
Mientras tanto en Maryland y en Sisid, pasaron de la angustia a la tranquilidad, las noticias de haberlo encontrado los calmó, para la familia Quizhpi, era el inicio de una segunda batalla; la jurídica, había que buscar la forma de ingresar a Washington hacia los Estados Unidos, intensas gestiones realizadas por abogados norteamericanos dieron como resultado, la aprobación para que Quizhpi pueda ingresar hacia territorio norteamericano.
El joven Quizhpi mientras tanto, se desesperaba, estaba muy inquieto, solamente cuando pudo conversar con sus abuelos desde Ecuador se tranquilizó y supo confiar que estaba seguro en el alberge. “Todos me mienten, todos me engañan que ya me van a cruzar a Estados Unidos y ya no quiero nada, quiero volver al Ecuador, todo esto es una mentira” manifestaba Quizhpi en sus primeras declaraciones con las autoridades Mexicanas, al pasar los días y recibir tratamiento médico, esas palabras cambiaron en una posterior video llamada. “Ya ven papi (se refiere así a su abuelo que lo crió) para ir a ver a mamá, te estoy esperando”.
El cambio de actitud fue evidente cuando pudo comunicarse con sus seres queridos de Ecuador, la familia se unió y compraron los pasajes, una vez en Guayaquil, otro drama; no dejaron abordar a los abuelos porque tenían los pasaportes expirados, regresan a Cañar, 1800migrante.com realiza las gestiones ante las autoridades del Registro Civil en Cuenca y acceden por la urgencia del caso y les entregan de forma excepcional los nuevos pasaportes, vuelven a Guayaquil y aparece un nuevo problema, la prueba del Covid expiró y no pueden ingresar al segundo vuelo, se realizan llamadas y gestiones ante el Municipio de Guayaquil, periodistas ayudan a localizar un laboratorio para que se hagan la prueba PCR, finalmente se soluciona el inconveniente y pueden volar.
Dos adultos mayores en su tercer intento por ir a buscar a su nieto, lo logran, llegan al puerto de Miami y tienen que hacer una escala en Arizona antes de llegar a El Paso Texas, fronteriza con Ciudad Juárez, el vuelo se retrasa 3 horas y pierden el vuelo de conexión, solos y sin conocer el idioma o el sistema, una vez mas se activan las alarmas para buscar soluciones, una organización religiosa dice que los puede ir a buscar, los encuentran, les brindan alojamiento y comida, los llevan al siguiente día al aeropuerto con destino a Ciudad Juárez.
Finalmente llegan agotados a su destino, pero contentos, del lado mexicano, Washington se despide del personal del refugio y va rumbo al puente internacional, lo acompañan miembros de organizaciones de derechos humanos de ese país, del lado norteamericano, las gestiones legales están en orden y los abuelos acompañados por una periodista avanzan hacia el mismo puente.
Tiene un problema legal¨?. Nosotros la solución
Los ojos de los abuelos están inquietos, mueven sus cabezas de un lado a otro buscando a su nieto, aparece, camina lento como pensando que es un sueño, pero no, es real ¡Son sus abuelos de Sisid en Ciudad Juárez !.
En medio del puente internacional, Washington Quizhpi ingresa a Estados Unidos, se funden en un abrazo, lloran de alegría, todo es felicidad, alzan las manos al cielo, agradecen el milagro.
Son las 4:00 de la mañana del viernes 4 de junio, del 2021, la familia Quizhpi en Maryland, espera ansiosa el auto para ir hasta el aeropuerto, hoy viajan juntos hasta Baltimore, si; la ciudad donde vive Salomé Quizhpi, han pasado 18 años desde que ella abrazó a su hijo por última vez.
William Murillo, quien es vocero de 1800migrante.com la llamó por teléfono para saber cómo sentía su madre Salomé Quizhpi en este día:
SQ: Estoy feliz, al fin voy a ver a mi hijo WM: Que han preparado? SQ: ahorita mismo estoy comprando una cama para mijo WM: Si estuvieran en Cañar ya estuvieran asando un cuy SQ: ( se ríe) aquí no hay cuysitos pero ya está lista la comidita para recibirlos, estoy que me muero de felicidad, gracias muchas gracias por lo que han hecho por nosotros, que Dios los bendiga, somos desconocidos y han hecho tanto como si fuera más que familia WM: Que disfrute de este día (fue una llamada rápida, todos están ocupados)
Salomé va de regreso a su casa, en su auto lleva la nueva cama para su hijo, se preparan para ir al aeropuerto, sus hermanos, están listos, salen todos juntos.
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Empiezan a salir los pasajeros por la puerta de la terminal aérea, “ahí están ahí están, grita uno de los hermanos, Washington Quizhpi usa mascarilla, viste pantalón negro y un buzo negro con franja ploma en forma de V, carga una mochila azul con el logo de unicef, viene acompañado de sus dos abuelos, su madre y hermanos y demás familiares van a abrazarlos, las lágrimas brotan entre quienes son testigos de este momento inolvidable, periodistas de la cadena norteamericana Univisión, graban el encuentro, demasiado emocional, es mucho amor para describirlo en palabras, ¿cómo le das un abrazo a tu hijo que no has visto en 18 años? .
“ Esta es una historia con final feliz que no es muy común contarla pero necesaria que se sepa, porque todavía existen más de 140 ecuatorianos migrantes desaparecidos en las fronteras, el caso de Washington Quizhpi nos ha demostrado que es posible encontrarlos si trabajamos en CONJUNTO, en equipo y dejando de lado nuestras diferencias, sí podemos ubicar a nuestros compatriotas, en esta búsqueda participamos muchos: autoridades, periodistas, instituciones públicas, privadas, ONG’s, ciudadanos, abogados, organizaciones religiosas, hacemos un llamado para unir esfuerzos y tener mas historias felices como la de la familia Quizhpi” comentó finalmente William Murillo Pro.
Ya en la seguridad familiar, la pesadilla a terminado Fotografías: María Eugenia Payán