Sentimientos de felicidad, esperanza y fe comparten feligreses católicos y miembros de la curia local al recibir la noticia de que el papa Francisco no solo llegará a Quito sino a Guayaquil, una ciudad cercana a Cuenca, lo que motiva a muchos a prepararse para ir a su encuentro.
Para Georgina Sánchez, que ha sido católica toda su vida, la llegada del Papa al país ha significado una alegría total. “Lo tendremos cerca y espero verlo y tocarlo para que me bendiga, a mí y a mi familia”, dijo.
Rosario Carangui expresó que es un gusto grande que Ecuador reciba por segunda ocasión a un Papa, pero que la alegría sería mayor si hubiera escogido a Cuenca entre las ciudades para visitarlas. “Si tuviera la oportunidad de verlo, de hablar con él, no dudaría en pedirle que cambie el mundo”, dijo.
Una luz
Francisco Calle, párroco de la iglesia de San Blas, también compartió su complacencia por este anuncio y dijo que este acontecimiento que vivirá el país en julio, más que una bendición significa la incidencia que tiene el Papa no solo en el país, sino en el mundo y que es importante su presencia en un tiempo en el que hace falta un referente de paz por los problemas profundos que se viven.
El sacerdote dijo que “el Papa viene a ser como una luz muy grande para el mundo, lo hace con autenticidad. La gente está muy entusiasmada”, expresó.
El arzobispo Luis Cabrera, quien se encuentra en Quito reunido con miembros de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, dijo que la llegada del Papa ayudará a redescubrir la fe de los católicos con alegría, pero también será motivo de esperanza, porque a través de su palabra será la oportunidad de ayudar a todos a retomar esas aspiraciones de paz en medio de la diversidad que nos rodea.
Cercanía
Cabrera manifestó que la visita del Papa a Guayaquil ha sido motivo de satisfacción porque permitirá a muchos fieles del sur del país, como Loja, Azuay y El Oro, prepararse para ir a su encuentro por la cercanía.
No quiso adelantarse acerca de los preparativos para el recibimiento, porque eso aún está en manos de una comisión central que recoge sugerencias de todos los sectores. Con la información consensuada podrán mantener reuniones con autoridades, grupos religiosos y comunidad para determinar alguna participación.
Ahora los preparativos para su recibimiento se deberán hacer con mayor rapidez, tomando en cuenta que la visita es para los primeros días de julio.
Por ahora, Cabrera aseguró que es tiempo de prepararse espiritualmente y hacer cumplir el lema con el que viene Francisco: “A evangelizar con alegría”. (CMR) (I). Fuente: El Tiempo.