El aroma de los dulces de Corpus Christi envuelve desde hoy las calles que rodean al Parque Calderón. Los priostes prepararon actividades festivas luego de finalizada la procesión y la liturgia en la Catedral de la Inmaculada Concepción.
Los tradicionales dulces de esta fiesta ya se pueden comprar. A más de ello las familias podrán entretenerse con los clásicos juegos como los aviones, escopetas, ruletas y más. Como parte de la tradición habrá quema de castillos y la presentación de bandas de pueblo que matizarán esta noche en el parque central, luego de las ceremonias religiosas. Eucaristías Desde hoy, y durante todos los días del Septenario, la Arquidiócesis de Cuenca junto a devotos se encargarán de las eucaristías y la fiesta popular en las afueras del templo. La procesión inicia en la iglesia de San Sebastián, luego de la Hora Santa que será de 17:00 a 18:00. Luego la custodia será trasladada en procesión por los devotos hasta la Catedral de la Inmaculada Concepción. En el interior del templo tendrá lugar la eucaristía en honor al Santísimo hasta las 20:00, cuando la gente podrá salir a disfrutar de las actividades previstas por los priostes.
Solidaridad Miguel Farías, oriundo del cantón Sucre, cabecera Bahía de Caráquez en la provincia de Manabí, visita Cuenca por primera vez. Aunque sus fines también son turísticos, llega por motivos de trabajo. Él es uno de los nueve artesanos expenderán sus dulces en la fiesta del Corpus, aunque estos son tradicionales de su ciudad. El artesano de 43 años, lleva 15 dedicado a una actividad que no fue heredada pero que sí aprendió de su esposa Marisol Mendoza de 45 años. Farías perdió el segundo piso de su casa y ahora vive junto a su familia en una improvisada estructura de caña. Aprendió de su esposa, quien heredó el conocimiento de su madre y abuelos. Era guardia de seguridad, pero dejó el trabajo para aprender a elaborar las golosinas. Los dulces tradicionales de Manabí que traerá a Cuenca son: Amor con hambre, alfajores rellenos con manjar, torta de guineo; entre otros. Actualmente vende sus productos en las calles que rodean al mercado, cuya estructura se ha visto afectada por el terremoto. Farías recuerda que al día siguiente del infortunado suceso elaboró sus dulces y salió a venderlos, "no me fue tan mal" aseguró.
Hoy, dejando a sus tres hijos en Bahía de Caráquez, "donde la tierra aún tiembla" compartirá con vendedoras en la feria de dulces más grande del país, sus conocimientos en la creación de las golosinas.
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