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Cesar Saeteros Campoverde de 65 años de edad, había llegado a la parroquia Patuca perteneciente al cantón Méndez hace unos 10 años desde el Azuay. Trabajaba duro en su tienda para pagar el crédito de la vivienda-hostal que construyó con mucho esfuerzo hasta que ayer, Viernes, desalmados le cegaron la vida con saña, en su propia habitación.
Fue uno de sus trabajadores quien dio la voz de alarma ya que había tratado de contactarse con el desde las 5:30 a las 10 de la mañana y luego, llamaron al 911.
Cuando los oficiales del orden entraron a la habitación número dos, que usaba don Cesar para descansar, encontraron sangre por todo lado, en las paredes, el piso, el colchón y su cuerpo, tirado en el suelo, sobre una alfombra a la que al parecer los asesinos intentaron usar para envolver y movilizar a su víctima. Esta, tenía heridas en todo el cuerpo, 27 puñaladas acabaron su vida. Su mano derecha estaba amarrada a una sogilla roja. El crimen abría ocurrido entre las 3 o 4 de la madrugada.
Al parecer, el motivo fue el robo ya que su celular, una computadora y dinero está extraviado.
Para el proceso investigativo, se procedió a detener a uno de los dos muchachos que trabajaban en con don Cesar; del otro, no se conoce su paradero. Se conoce también que el arma usada para terminar con la vida del ciudadano, a sido encontrada y recogida como evidencia.
Su cuerpo fue trasladado a la morgue de Méndez para la respectiva necropsia y al momento, es velado en la ciudad de Macas en donde el día de mañana, recibirá cristiana sepultura.
En Patuca, hay nerviosismo, los moradores se quejan de que llega gente de todo lado: de Perú. de Colombia, de Quito o Guayaquil, desconocidos que están entrando al pueblo, comentan.
Sus familiares exigen justicia. Que este crimen no quede en la impunidad.
