Por 4Pelagatos:
Ni un solo día duró a Dalo Bucaram la tramoya que con tanto cuidado había montado con el fin de desmarcarse de las acusaciones que le hacen de estar vinculado a una red que se dedica a la venta, con sobreprecios, de insumos médicos a los hospitales del IESS.
En menos de 20 horas, al más locuaz de los hijos del ex presidente Abdalá Bucaram le ocurrieron al menos cinco cosas que lo meten definitivamente en el escándalo y que son:
1.- Sufrió un lapsus, de corte freudiano, que delató la relación de su familia con la empresa de Daniel Salcedo; uno de los principales implicado en el tema de la venta de los insumos médicos, actualmente buscado por la policía. 2.- No pudo negar que está hospedado en Miami en una casa de su amigo Daniel Salcedo.
3.- La periodista Dayana Monroy de Teleamazonas demostró que esa casa está registrada a nombre de Salcedo.
4.- Horas después de la rueda de prensa en Miami, la avioneta en que Daniel Salcedo intentaba huir del país se accidentó con cuatro personas más, cerca a la frontera entre el Ecuador y Perú.
5.- Al poco tiempo del accidente se estableció que la avioneta accidentada era de propiedad de Alfredo Adum Ziadé, el íntimo amigo de su papá, Abdalá Bucaram.
En realidad, el derrumbe de los Bucaram había comenzado la noche del Domingo durante una rueda de prensa que Dalo Bucaram dio desde Miami, por Facebook live. Ahí, trató de construir un relato en el que él ni sus hermanos ni su papá tienen relación con los negocios de insumos médicos de Daniel Salcedo, procesado por el tema de los insumos médicos.
Según ese relato, él y sus familiares son, para variar, víctimas de una tenaz persecución política. Fue en esa rueda que se le escapó un lapsus monumental que evidenció que, en su mente, está presente el tema de los hospitales que, con tanto empeño, había tratado de negar durante su intervención.
Hermosa casa de venta en un cantón con cero crimen y lleno de naturaleza
Ocurrió cuando la periodista Dayana Monroy, de Teleamazonas, preguntó si su hermano Michelle había tenido una sociedad con Salcedo. Entonces Dalo, con una seguridad digna de mejor suerte, respondió: “respecto a la pregunta de si mi hermano Michel Bucaram fue socio de una compañía con Daniel Salcedo; sí, fueron socios de SABUPI S.A. … hace dos años montaron un hospital”. Apenas había acabado de decirlo, alguien que estaba con él le hizo caer en cuenta lo que acaba de decir. Azorado y fingiendo tranquilidad cambió lo de hospital por restaurante y trató de seguir adelante con una historia distinta. Pero ya era muy difícil creerle.
Dalo Bucaram también se delató cuando la periodista le preguntó por la identidad de la persona que él había dicho que le había prestado la casa desde donde estaba hablando: dijo que no tenía la autorización del amigo para revelar su identidad, pero cuando la periodista le replicó si podía negar que el dueño era el tal Salcedo, Bucaram guardó un incómodo y comprometedor silencio. Monroy demostró, pocas horas más tarde, que la casa desde donde Bucaram había hablado está registrada a nombre de Salcedo.
Pero si el Facebook live fue desastroso para los intereses de Dalo Bucaram, lo que ocurrió al día siguiente fue el remate: Salcedo y otros cuatro acompañantes provocaron la noticia del día cuando se supo que la avioneta en la que estaban tratando de huir del país sufrió un accidente en Tumbes.
La avioneta es propiedad de una empresa cuyo dueño es Alfredo Adum Ziadé, uno de los amigos más cercanos de la familia Bucaram. Adum lo confirmó poco después en un curioso tuit en el cual aseguró que no quería dar mayores detalles para no entorpecer las investigaciones.
4P. supo que la avioneta había salido supuestamente para la isla Puná y había reportado haber aterrizado en una camaronera aunque, en realidad, estaba volando hacia Perú. Además, se supo que una persona cuyo nombre se desconoce que quedó ilesa y logró huir del sitio.
Para completar el perfil cinematográfico del episodio de marras, se supo que en la avioneta viajaba Jocelyn Mieles, reina de belleza de Manabí. Jocelyn Mieles sufrió apenas una fractura en su clavícula y en declaraciones a la Extra dijo que viajaba para ir a festejar su cumpleaños en compañía de su novio Daniel Salcedo quien, según se dijo, está gravemente herido.
Finalmente se supo que las otras personas que viajaban en la avioneta eran Abraham Muñoz, Alfredo Espinoza y César Rodrígez Fontecilla. También se supo que Rodríguez es esposo de Karla Cárdenas, quien trabaja en el Hospital Teodoro Maldonado del IESS. En redes sociales se dijo que en la avioneta habían encontrado dos maletas con 15 millones de dólares, pero esa información no fue confirmada por las autoridades.
Jocelyn Mieles, novia de acusado de corrupción
La caída de la avioneta terminó de hundir el relato urdido por Dalo desde Miami. ¿Cómo sostener luego de eso la tesis de la persecución política? ¿Cómo insistir en que él y sus hermanos estaban siendo víctimas de un complot montado por políticos que supuestamente lo quieren sacar a él y a su papá de la arena electoral? Dalo advirtió, con claro tono de amenaza, que si lo siguen involucrando en la compra de medicamentos, él está dispuesto a candidatizarse a la Presidencia de la República. “Si tengo que ir a las urnas seré candidato a la Presidencia y ahí los enfrentaré”. Y en clara señal de coqueteo con el correísmo, añadió que en esta ocasión “tengo que darle la razón a Rafael C.: esto es un show”.
Dalo Bucaram sostuvo que había salido del país el 7 de marzo a Miami para visitar a su hermana Linda. Según su versión, salió antes de que se cerraran las fronteras y cuando quiso regresar ya no pudo hacerlo y tuvo que permanecer ahí. Lo afirmó como si para entonces, nada se hubiera dicho sobre su supuesta participación en el negociado, lo que es evidentemente falso pues para el 7 de marzo ya había versiones y evidencias que apuntaban en su contra.
Durante 15 días, dijo Bucaram, estuvo en casa de su hermana y luego fue a las casas de dos amigos. Bucaram no solo recurrió al manido argumento de la persecución sino que en su intento por retratarse como persona honesta invocó la religión y la familia. “Quienes somos creyentes conocemos la historia de Cristo. Aquí estamos y seguiremos luchando”. De inmediato dijo que tenía un mensaje para sus hijos y sus sobrinos: “sean orgullosos de ser Bucaram”. Veinte horas más tarde, evidentemente a Dalo Bucaram debe habérsele complicado la misión de convencer a sus hijos y sobrinos de ser orgullosos de su apellido.
